Pero es que los sueños a veces, intempestivamente, vienen
y nos cambian de tema.
Nos hablan de otra cosa.
Nos indican lo que podríamos ser si varias vidas fueran posibles
a un tiempo.
Nos señalan quíenes seríamos o quienes no seríamos, aunque nos
cueste confesarlo, siquiera a nosotros mismos, siquiera de modo mudo.
Nos indican a dónde han quedado posibilidades irresueltas, nudos.
Saltos que podrían darse. Viajes que podrían emprenderse para no
volver...o si.
Claro que a veces no es posible. Claro que vivir esas vidas,
supondría dejar la nuestra, la propia, la actual.
Y pensamos dejarla?
Pero hay al menos un costado del sueño
que no debiéramos dejar de lado por miedo, o pereza: el autoconocimiento.
Saber cuántas otras somos en el espacio onírico...y en el real.
Cuántas otras seríamos.
Aunque no hay tiempo, ni modo diario, de darles curso a todas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario