Lo cual esta vez significa quedarme en casa el Domingo,
comiendo galletitas con chips de chocolate, bebiendo té.
Calmar los estímulos externos y las exigencias internas.
Dejar el mundo afuera. Destemplado e inquieto,
como anda en estos dias.
Cerrar la puerta de casa.
Respirar tranquila...
hasta que poco a poco
vuelvan a gustarme las cosas.
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